By fumigaciones at 2011-11-28
By fumigaciones at 2011-11-02
Independientemente de que las estelas en el cielo dejadas por
los aviones, sean químicas o producto de una geoingeniería a nivel global para
intentar combatir el efecto invernadero, los miles de aviones que surcan nuestro
espacio aéreo, son responsables de añadir leña al fuego climático, de contribuir
con sus motores el acoso de nuestro Planeta, de hundir el equilibrio de armonía
que siempre ha imperado entre el cielo y la tierra.
Hasta ahora, sigue diciendo Cisneros, no se han puesto más límites al desarrollo de la aviación que los que imponía el mercado del transporte. Existen razones medioambientales objetivas para que esta situación no continúe. Estas razones se resumen en dos fundamentales:
-La aviación constituye la principal contaminación
antrópica de la estratosfera.
- Las repercusiones de la contaminación de la
estratosfera tienen alcance planetario.
Si se quiere limitar la contaminación estratosférica y corregir
los graves desequilibrios que, en consecuencia, están produciéndose en nuestro
planeta, es necesario limitar la contaminación producida por los aviones,
reduciendo el número de vuelos y la altura máxima de éstos, de manera que
garanticen unos niveles máximos de contaminación estratosférica, tal
que pueda ser absorbida por los mecanismos naturales de regeneración de
la atmósfera. De la misma manera, hay que estimar los máximos vertidos
contaminantes que, procedentes de los aviones, puede aceptar la troposfera sin
que se produzcan alteraciones locales o planetarias.
Para Cirneros en contaminación es necesario introducir el
concepto de límite máximo planetario admisible que pueden aceptar los
diversos sistemas, si queremos preservar este tipo de equilibrios extendidos en
todo el planeta.
Sean las estelas del cielo fumigación química dentro de un programa de geoingeniería oculto a la sociedad o bien producidas por contaminación de los vuelos aéreos, una cosa u otra, la situación requiere suma atención por parte de las Autoridades competentes y el silencio que suelen originar este tipo de problemática por parte de los políticos, no es democrático y está en clara complicidad con las multinacionales.
Tenemos que mirar más al cielo y preguntar a los responsables y dirigentes de esta sociedad, que es lo que nos está cayendo de arriba. No permitamos una vez más que nos estafen y nos mientan como lo ocurrido con la ya
famosa Gripe A. El mundo, los ciudadanos tienen derecho a saberlo todo, el
planeta es de TODOS y cualquier alteración que se haga al mismo, repercute a
TODOS, por lo que no se puede jugar con la vida de las personas. Nuestros
dirigentes y multinacionales son responsables del cambio climático, se creen
tener el poder absoluto y mientras estemos dormidos, así será. Debemos despertar
de nuestro éxtasis democrático y comprender que estamos en dictaduras basadas en
leyes que han sido aprobadas por ellos mismos, para sus intereses y
conveniencia. Quieren tener una sociedad gobernada en el miedo, una sociedad
infantil que aún no ha aprendido a valorar la razón de su existencia. Dejemos de
ser niños que eso es lo que les importa a ellos para manejarnos y llevarnos a
donde quieren, y pasemos a una sociedad joven, responsable, con un sistema
político justo y adecuado, diferente al actual.
No podemos quedarnos tranquilos viendo estelas artificiales en
el cielo. No podemos consentir que cambien la belleza y el paisaje de nuestros
campos, de nuestra casa sin que nos pidan permiso. Debemos de ser conscientes
que sólo tenemos una vida y que esa vida la estamos viviendo en un planeta bello
pero a su vez frágil, lleno de agresiones procedentes por políticos ineptos y un
poder económico que sólo ama las ganancias. La conservación de nuestro planeta
depende del esfuerzo de todos.
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